domingo, 16 de junio de 2013

Variable de intensidad moral en el caso Enron y un ejemplo de doble estándar Moral

La intensidad Moral
La intensidad moral se presenta en la toma de decisiones éticas, ya que, el comportamiento ético de un individuo frente a una situación está interrelacionada  con el grado de importancia que se le dé  a la misma. Uno de los factores que afecta en el caso Enron son:

Probabilidad de efecto (Imaginar el efecto)
En el caso de Enron, los altos directivos creían que era poco probable que alguien se viera afectado de forma negativa, por las decisiones que tomaron. Entre estas están:
El cambio de los datos contables y la unión con los auditores para que la empresa aparezca como una compañía rentable.
La motivación hacia los empleados para que inviertan su dinero a la empresa, puesto que los altos directivos pensaban que así iba a mejorar la situación de la empresa.

Magnitud de la consecuencia
Este factor se define como la intensidad de los daños o beneficios para aquellos que reciben el impacto de la decisión tomada. Las decisiones tomadas en Enron(a pesar de saber las consecuencias que traía consigo estas decisiones), para cubrir sus pérdidas a través  de la contabilidad creativa, como también para obtener mayores accionista externos como internos, tuvo como consecuencia la perdida de todo el dinero de estos, como también el desempleo de 20 mil empleados y un fuerte impacto en la sociedad Americana.

Doble estándar moral (¿Cuándo me perjudica? ¿Cuándo me beneficia?)
En un comienzo, Enron tenía como misión  generar oportunidades a sus colaboradores y esto lo demostraba en su frase de su misión como empresa. En sus comienzos Enron cumplía con lo que se había propuesto, logrando un gran aprecio por las personas, las cuales deseaban trabajar en la empresa, pero luego los altos directivos, dejaron de lado la misión de la empresa, y a sus colaboradores y solo buscaban su beneficio. Como consecuencia se perdieron 20 mil puestos de trabajo, los cuales fueron despedidos sin previo aviso y sus ahorros se perdieron.

Diego Choquesillo

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